Principios

Principios

El taoísmo entiende que las leyes divinas pueden conocerse a través de tres instancias:

La primera es el orden cósmico o legislación universal impresa por Dios en la naturaleza; la segunda son las normas o  códigos de las religiones inspiradas por Dios a los profetas, que se ciñen en todo a las leyes de la naturaleza o cósmicas; y finalmente las ejemplares vidas de los maestros y patriarcas, verdaderos cosmopolitas o ciudadanos de este mundo, hombres sabios y buenos que supeditaron sus vidas a la voluntad divina y al orden cósmico, incluso antes de que existiera la legislación escrita, y, aunque  no la conocieron, fueron la ley viviente, porque  ajustaron sus pensamientos y sus actos a las pautas impresas por el Creador en el universo.

El taoísmo también acepta y respeta los mandamientos  de las otras religiones, y no es que el taoísmo quiera mezclar o revestir las doctrinas con el ropaje de los conceptos y terminologías propias de las demás creencias religiosas: el propósito es  demostrar la armoniosa relación  existente entre el taoísmo y las  doctrinas más   importantes del mundo, no para encuadrar al taoísmo en los moldes racionales de las otras religiones, sino para probar que no hay oposición entre una y otra  y que existe en muchísimos puntos una congruente correspondencia, siendo las diferencias solo resultantes de dos formas distintas de presentar las cosas, mas no de concebirlas.

Existe una total conformidad entre las normas ancestrales taoístas, las leyes de la naturaleza, la armonía y complementación que relacionan en forma directa las doctrinas contenidas en los antiguos tratados sobre salud, sexualidad y ciencia, con los libros sagrados de las vedas, el hinduismo, el judaísmo y el cristianismo primitivo, y la relación es tan estrecha que resulta fácil trasvasar aquéllas a los esquemas y nomenclaturas de ésta.

Esta coincidencia no significa que haya mezclas o un sincretismo religioso como algunos han pretendido demostrar, más bien esto prueba la inmensa superioridad del saber revelado sobre el alcanzado sólo mediante la inteligencia meramente humana y también demuestra que la providencia divina ha estado en todas las culturas y razas como la luz de un nuevo día que pasa iluminando la Gea en su redondez.

Los argumentos con los que el taoísmo expone la verdad, el método de enseñanza, la interpretación y la aplicabilidad de las leyes, más su legado filosófico y religioso, son de una jerarquía comparable a la sabiduría de las principales religiones del mundo, con la diferencia y el beneficio de que el taoísmo es una doctrina que se renueva y se actualiza constantemente de acuerdo a los requerimientos de la época.

El taoísmo parte de la premisa de que la verdad es universal y ninguna cultura o religión puede abrogarse el derecho de ser portadora de la misma; prueba de ello son los mandamientos y postulados de las religiones los cuales en algunos casos no solo son los mismos, sino que guardan una estrecha relación o conducen a la misma meta.